Los
debates y las tertulias televisivas se han convertido en una auténtica mina de
oro para los periodistas que ocupan sus sillas. Es más fácil que Iker Jiménez
encuentre vida extraterrestre que poder hacerse un hueco en tan preciados
corrillos.
Reconozco
que llevo un tiempo dándole vueltas a un pensamiento: ¿Por qué narices me haría
yo periodista? Pues creo haber encontrado la razón en un interesante artículo
publicado en el diario Qué!, y que además es portada del mismo,en su edición del viernes 18 de Mayo. Su titular,
así para empezar, ya apetece, tanto en la versión digital: "¿Cuánto cobran los tertulianos de televisión?", como en la impresa: "Vivir de las tertulias". ¡Y vaya que si viven!
Vamos, que lo mío en comparación es supervivencia extrema.
El
artículo expone las cantidades, astronómicas a mi parecer, que pagan las
televisiones a sus tertulianos. Las cifras no engañan: De los 100 a los 4.000 euros por
tertulia y, en muchos casos, las intervenciones no superan los 25 minutos. Pero
lo interesante viene de la mano del periodista Alfonso Rojo. Atentos a la frase
con la que nos deleita cuando habla sobre si merece la pena acudir a este tipo
de debates: “Siempre compensa, peor sería tener que cargar sacos. En general,
el periodismo no es de gente muy trabajadora”. Di que sí Alfonso, ayudando a la
profesión. Aunque, ¡qué va a decir alguien que ha cobrado 1.500 euros en ‘La Noria’ por unos minutos en
la mesa de debate! De hecho, hay fotografías inéditas de él saliendo del plató con el dinero...
Y he
aquí mi duda. ¿Se creerá Alfonso, por mucha guerra y mucho premio que tenga,
que este comentario es de recibo? Vamos, que soy yo la presidenta de la Asociación de la Prensa de Madrid y lo hago miembro de
Hono en un minutito. En realidad, el mismo tiempo que ha tardado él en dejar a los periodistas a la altura del betún.
Aunque
no me extraña en absoluto que estos tertulianos ganen esa pasta. Lo que ganan
de más ellos, lo ganamos de menos los que estamos enfrente de un ordenador casi
las 24 horas del día para que luego vengan y nos digan que si queremos ser
becarios hasta los 30 años.
Pero
bueno amigos periodistas, no perdamos la calma. Lo único que hay que hacer es
conseguir curro de becario en los platós de dichas tertulias y en cuanto se
levante uno: ¡Zas! En toda la boca. (al más puro estilo Peter Griffin de Padre de Familia).Ya se sabe, quien se fue a Sevilla, perdió su silla. Es más,
yo creo que estos tertulianos se van a casa con la silla puesta, ¡tertuliano
previsor vale por dos!
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